martes, mayo 13, 2025

Calor Extremo:Prevención y Tratamiento (Parte 1)



La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el calor como un factor grave tanto ambiental como laboral, con capacidad de impactar severamente la salud.
De hecho, el golpe de calor se considera la principal causa de muerte vinculada a
factores climáticos. La creciente frecuencia e intensidad de las olas de calor,
exacerbadas por el cambio climático global, transforman el estrés térmico
ocupacional en un desafío dinámico y en escalada. 

El organismo humano posee mecanismos sofisticados para mantener la
homeostasis térmica. La termorregulación se basa principalmente en la disipación
de calor a través de la sudoración (enfriamiento por evaporación) y la
vasodilatación cutánea, que aumenta el flujo sanguíneo hacia la piel para liberar
calor al ambiente. Sin embargo, en condiciones de calor extremo, como una
temperatura ambiente de 45°C, estos mecanismos pueden verse superados. Si la
temperatura de la piel es inferior a la del ambiente, la radiación y la convección
pueden, de hecho, transferir calor hacia el cuerpo, dejando la evaporación del
sudor como el único mecanismo efectivo de enfriamiento.
El sistema cardiovascular experimenta una sobrecarga significativa. Se produce un
aumento de la frecuencia cardíaca con el fin de bombear un mayor volumen de
sangre hacia la periferia (piel) y así facilitar la disipación del calor. Esta respuesta,
impone una carga considerable al corazón, especialmente
durante el esfuerzo físico prolongado.
Simultáneamente, la sudoración profusa conduce a una pérdida sustancial de
fluidos corporales y electrolitos (principalmente sodio y potasio), que son cruciales
para el mantenimiento de la función neuromuscular, el equilibrio hídrico y la
estabilidad cardiovascular.  La deshidratación, definida como una pérdida neta de
agua corporal, es reconocida como uno de los factores de riesgo más importantes
y directos para el desarrollo de enfermedades por calor.

La exposición al calor y el esfuerzo físico pueden desencadenar un espectro de
condiciones patológicas, cuya severidad varía desde molestias cutáneas hasta
emergencias médicas con riesgo vital.

Sarpullido por Calor (Miliaria): Es una irritación cutánea picazón, manifestada como pápulas o pequeñas vesículas rojas, causada por la obstrucción de los conductos sudoríparos y la retención de sudor en la piel.
Afecta comúnmente áreas como el cuello, la parte superior del tórax, las ingles
y los pliegues cutáneos. El tratamiento principal consiste en mantener la piel
afectada limpia y seca, y procurar un ambiente más fresco y menos húmedo.
 
Calambres por Calor: Son espasmos musculares involuntarios y dolorosos,
usualmente en los músculos de las extremidades y el abdomen, que ocurren
durante o después del ejercicio intenso en el calor.  Se atribuyen a la depleción
de sales (principalmente sodio) debido a la sudoración excesiva. La reposición
de fluidos y electrolitos es fundamental para su manejo. 

Síncope por Calor: Se refiere a un episodio de desmayo o mareo intenso que
puede ocurrir por la vasodilatación periférica (dilatación de los vasos
sanguíneos de la piel) y la acumulación de sangre en las extremidades
inferiores, lo que reduce temporalmente el flujo sanguíneo al cerebro, especialmente al permanecer de pie e inmóvil por periodos prolongados en el
calor. El tratamiento inmediato implica mover a la persona a un lugar fresco y
acostarla con las piernas elevadas para mejorar el retorno venoso. 

 Agotamiento por Calor: Es una respuesta sistémica más severa a la
pérdida excesiva de agua y sal a través del sudor. Los síntomas característicos
incluyen sudoración profusa, debilidad extrema, fatiga, mareos, cefalea,
náuseas, vómitos y taquicardia. La temperatura corporal central puede estar
elevada, pero típicamente se mantiene por debajo de los 40°C. Aunque no es
tan grave como el golpe de calor, requiere atención inmediata para evitar su
progresión.

Golpe de Calor: Representa la forma más grave y constituye una
emergencia médica potencialmente mortal. Se caracteriza por el fracaso del
sistema de termorregulación del cuerpo. Los criterios diagnósticos clave
incluyen una temperatura corporal central superior a 40°C  y una disfunción
significativa del sistema nervioso central, que puede manifestarse como
confusión, agitación, irritabilidad, dificultad para hablar, delirio, convulsiones e
incluso coma. La piel puede sentirse caliente y seca al tacto en el golpe de
calor "clásico"(asociado a exposición ambiental pasiva), o estar profusamente
sudorosa en el golpe de calor "por esfuerzo"(asociado a actividad física
intensa). Esta condición puede progresar rápidamente a daño multiorgánico,
afectando cerebro, corazón, riñones y músculos, y puede inducir
complicaciones graves como la coagulación intravascular diseminada. La
progresión desde formas más leves hasta el golpe de calor puede ser
alarmantemente rápida, especialmente bajo condiciones de esfuerzo intenso y
calor extremo, sin que necesariamente exista una escalada lenta y predecible
de los síntomas. Esta rapidez subraya la necesidad crítica de una intervención
inmediata ante los primeros signos de cualquier enfermedad por calor, ya que
la ventana para una acción efectiva puede ser muy breve.

                               Síntomas: Agotamiento por Calor  y Golpe de Calor




La correcta diferenciación entre agotamiento por calor y golpe de calor es vital, ya que
el golpe de calor exige una respuesta de emergencia inmediata y agresiva para
prevenir secuelas graves o la muerte.

Diversos factores pueden aumentar la susceptibilidad de un individuo a desarrollar
Enfermedades relacionadas con el calor. Estos se pueden agrupar en ambientales, relacionados con la tarea e individuales.


Ambientales: Las temperaturas ambientales elevadas, especialmente cuando
se combinan con una alta humedad relativa (que dificulta la evaporación del
sudor), la exposición directa y prolongada a la radiación solar, la ausencia de
viento o brisa refrescante, y la proximidad a fuentes de calor radiante (motores,
maquinaria) son factores primordiales.

Relacionados con la Tarea: El esfuerzo físico intenso y sostenido,
característico del "esfuerzo considerable" en trabajos de campo, incrementa
significativamente la producción interna de calor metabólico. Pausas de
descanso insuficientes o inadecuadas, la repetición de jornadas extenuantes
en ambientes calurosos, y el uso de vestimenta o equipos de protección
personal (EPP) que sean oclusivos o no transpirables (impidiendo la
evaporación del sudor) también contribuyen de manera importante.

Individuales (Predisposiciones):

■ Falta de aclimatación: La adaptación fisiológica al calor es crucial. La
ausencia de aclimatación es un factor principal en las muertes laborales
relacionadas con el calor. 

■ Deshidratación: Como se mencionó, es un factor de riesgo mayor. 

■ Edad: Los adultos mayores (>60 años) y los niños muy pequeños tienen
una capacidad termorreguladora disminuida. 

■ Condiciones médicas preexistentes: Enfermedades crónicas como la
diabetes mellitus, patologías cardiovasculares (insuficiencia cardíaca,
hipertensión arterial), enfermedades renales, respiratorias y la obesidad,
pueden comprometer la capacidad del cuerpo para responder al estrés
térmico. 

■ Medicamentos: Ciertos fármacos pueden interferir con la termorregulación
o la respuesta al calor. Estos incluyen antihistamínicos,
descongestionantes, algunos antihipertensivos (betabloqueantes,
diuréticos), antidepresivos (tricíclicos, ISRS), antipsicóticos, y
medicamentos para el Parkinson, entre otros. 

■ Enfermedad por calor previa: Haber sufrido un episodio de ERC aumenta
la susceptibilidad a futuros eventos. 

■ Consumo de alcohol o drogas: El alcohol es un diurético y puede afectar
el juicio y la termorregulación. Algunas drogas (estimulantes como cocaína
o anfetaminas) pueden aumentar la producción de calor metabólico. 

■ Mal estado físico: Una menor capacidad aeróbica y una condición física
deficiente pueden reducir la tolerancia al esfuerzo en el calor.



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